Home office, ¿Llegó para quedarse en México?
Mi querido lector, actualmente nos encontramos ante un suceso que ha cambiado por completo el panorama que tenemos del 2020. Un retorno a la tranquilidad como era la vida a finales de 2019 se ve todavía muy lejano. Incluso, en este año cuando se calmen un poco las restricciones impuestas por el gobierno para hacer frente a la pandemia, el Coronavirus seguirá afectando nuestras vidas de muchas maneras, la situación laboral es una de ellas y el Home Office en México se ha vuelto una realidad que cada vez más empresas siguen optando.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Finlandia, Suecia, Países Bajos, Colombia, Japón y Estados Unidos son los países donde más se practica esta modalidad, pero ¿México se encuentra listo para este nuevo sistema laboral?
Debido al poco control del Covid-19, muchos de los negocios en todo el territorio mexicano se vieron obligados a adaptar las actividades de su personal a la modalidad de este nuevo mecanismo. Montones de personas se fueron a sus hogares con computadora y celular en mano e hicieron de ellos sus nuevas herramientas y espacio de trabajo.
Las desventajas y soluciones
La comunicación cara a cara VS tecnología, horarios establecidos en el trabajo, organización y concentración en las actividades y los espacios exclusivos como oficina son algunos de los enfrentamientos que se tienen que desafiar para llevar a cabo una buena armonía laboral en las compañías. Esto hoy en día no un problema ya que, según algunas consultoras dedicadas a ver la productividad del trabajo, destacaron que el 58 por ciento de los mexicanos asegura que su rendimiento aumentó con el Home Office; por el contrario, el 35 por ciento declaró que se mantuvo igual durante el confinamiento. Suena bien, pero esto no es el verdadero problema.
El desafío al que se enfrentan ahora los corporativos es encontrar las herramientas correctas para que todos sus empleados puedan llevar a cabo sus actividades de manera rápida y eficiente. Proporcionar capacitación en el uso de tecnologías de comunicación en un país donde no se acostumbra a la adaptación digital y reforzar la confianza en los colaboradores de cumplir lo más posible sus responsabilidades sin que tengan que estar en una oficina son las problemáticas comunes que patrones tiene que afrontar.
¿Qué dice la ley?
La ley también ya está hablando con respecto al tema en beneficio de todos. En la semana pasada, algunos diputados de la Ciudad de México presentaron una iniciativa que busca disminuir el impuesto sobre nómina para todas aquellas empresas que incentiven el Home Office entre sus trabajadores. No debería asombrarnos si después de la pandemia más empresas opten por facilitar esta modalidad de trabajo en sus empleados con el fin de reducir costos y tiempos en la entrega de proyectos. Para que esta norma aplique, el organismo empresarial debería revisa esta opción con la Secretaría del Trabajo y así su uso sea respetuoso con los derechos de los colaboradores y rentable hacia las empresas. Eso sin dejar de lado, que el Senado en junio del 2019 aprobó una reforma con el fin de regular el trabajo a distancia, estableciendo derechos y obligaciones a empleadores y colaboradores.
Las reglas establecidas por el gobierno pueden ser una opción en algunos estados de la república, ya que podrían laborar de forma permanente desde sus casas debido al aumento del virus en esas regiones, pero no a todos ya que algunos se mantienen meramente de la venta directa con el cliente.
En conclusión, esta crisis es un ejemplo que se debe tomar para estimular al sector empresarial a salir de la ‘zona de confort’ e impulsar la creatividad de los mexicanos a fin de empujar los negocios y combatir el fuerte trance que se viene en los años post-Coronavirus. El ambiente cambió y hoy a todos nos toca diseñar nuevas reglas de participación basadas en tecnología, colaboración y capacidad de aprendizaje para que México siga funcionando con esta característica laboral llamada, Home Office.