Cómo decir “No” en el trabajo sin parecer poco colaborativo
¿Alguna vez te has encontrado en una situación en el trabajo en la que realmente querías decir que “no”, pero te preocupó parecer poco colaborativo? Entonces, este blog es para ti. Vamos a desentrañar los secretos para decir “No” en el trabajo, de manera asertiva y respetuosa. Sin que eso afecte tu reputación ni relaciones laborales.
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A menudo, en nuestro ambiente laboral oímos frases como “Estoy sobrecargado de trabajo”, “Siempre me lo ponen todo a mí”, “Estoy harto de que no me valoren en este trabajo”. Estas afirmaciones suelen estar muy relacionadas con una ausencia de límites en el trabajo, y es que establecerlos podría repercutir en numerosos aspectos de nuestra vida personal, familiar y profesional. Aportándonos equilibrio y una mayor satisfacción, confianza y bienestar emocional. Por lo tanto, si nos cuesta poner límites, seguro que no es sólo en el ámbito laboral.
Aprender a decir “No” de manera adecuada es esencial para mantener el equilibrio entre nuestras responsabilidades y nuestro bienestar. Recuerda ¡No puedes hacerlo todo!
Cómo establecer límites en el trabajo
Los límites en el trabajo establecen aquello con lo que no nos sentimos cómodos en el ambiente laboral. Estos nos permiten cuidar nuestro tiempo, energía y en general, estar más satisfechos con lo que hacemos. Además, este tipo de límites nos ayuda a encontrar el balance trabajo-vida, para poder darnos tiempo de hacer pausas, descansar, cultivar nuestras relaciones u otros intereses.
El establecer este tipo de límites hace que podamos ser más eficientes, productivos, y que podamos tener una mejor experiencia en el trabajo. Si no lo hacemos, y permitimos que no se respete nuestro tiempo, ideas ni espacio, podemos tener algunas consecuencias. Entre ellas, podemos terminar sobrecargados, en riesgo de experimentar estrés crónico o burnout.
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Cómo empezar a poner límites en el trabajo
- Permítete establecer límites. Muchas veces, nos resulta difícil poner límites, a veces porque consideramos que tenemos que ser perfectos, otras por miedo a que nos rechacen o por las repercusiones laborales que pudiera tener. En cualquier caso, el primer paso es darnos cuenta de que tenemos que ser más asertivos e identificar exactamente dónde necesitamos fijar límites. Tras esa fase de identificación, date permiso para tomar la iniciativa y decir “No”.
- Ten claro tu rol, funciones y metas. Es frecuente que nos carguen tareas que no son nuestra responsabilidad y que nos sobrecarguen afectando nuestra eficiencia y que, incluso dejemos de lado o queden con menor importancia, aquellas que sí tenemos que atender. Para ello, es esencial saber qué funciones nos corresponden y exactamente cómo se mide el rendimiento.
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- Identifica lo no negociable. Si bien, en el punto anterior se presta a tener cierta flexibilidad en lo referente a fijar nuestras funciones, roles y metas, también es importante saber ante qué no estamos dispuestos a ceder. Y es que todas las decisiones que tomamos implican una serie de consecuencias y compromisos asociados. Por ello, tenemos que valorar tanto lo negociable como lo que no lo es. Y pensar siempre que decimos que “ Sí” a algo, a qué le estamos diciendo que no. Por ejemplo, si decimos que sí a horas extraordinarias, también estamos diciendo que no a tiempo libre, de autocuidado y para dedicar a nuestra familia, que podría no ser negociable. Para ello, crear una lista de cosas no negociables puede ayudarte a descubrir qué es importante para ti y facilitar la comunicación. Así aprenderemos a decir “no” en el trabajo.
Cómo empezar a poner límites en el trabajo- Cómo decir “No” en el trabajo
- Expresa cómo te sientes asertivamente. No es fácil comunicar los límites, ya que podemos tener miedo a comunicarnos de una manera insegura o agresiva. Para ello, es importante entrenar nuestra asertividad. La asertividad es la habilidad social para comunicarnos y defender nuestros derechos e ideas, respetando a los demás. De este modo, si expresamos los límites desde esta óptica, vamos a hacerlo de una forma clara y respetuosa, evitando la agresividad.
- Delega y prioriza tareas. Frecuentemente nos cuesta reconocer que no podemos con todo, pero esto no es algo malo y no nos debemos sentir culpables. Hay que entender que nadie es un superhombre, ni una super mujer y que nuestro horario laboral no siempre se ajusta a todo lo que tenemos que hacer, pero en ocasiones delegar y priorizar tareas es un punto importante a tener en cuenta.
- Respeta tus tiempos. Aunque la vida laboral es imprescindible, no debemos olvidarnos de que la personal es tan importante como esta, para tener un buen equilibrio y bienestar psicológico. Descansar del trabajo es, no sólo un derecho, sino algo fundamental para poder desempeñar un buen rendimiento y evitar patologías relacionadas con el medio laboral. Como lo es el conocido burnout. Sin embargo, el tiempo de descanso no se mide con el reloj. Fundamentalmente se mide por la desconexión mental del trabajo y esto requiere un ejercicio mental de dejar las cosas del trabajo en su tiempo, y poner la atención en lo que estemos viviendo en ese momento.
Si te está gustando “Cómo decir no en el trabajo” también lee “Salud mental en el trabajo” para complementar la información sobre respetar tus tiempos de trabajo.
Cómo desarrollar la comunicación asertiva en el trabajo
La plataforma de búsqueda de trabajo Indeed, comparte que: La comunicación asertiva es la habilidad interpersonal que permite expresar sentimientos, necesidades y opiniones de manera abierta, apropiada, honesta, empática y directa. Siempre respetando las ideas de los demás.
La comunicación asertiva en el trabajo tiene muchas ventajas, ya que permite solucionar conflictos y mantener relaciones saludables.
Cómo desarrollar la comunicación asertiva
Como cualquier habilidad, la comunicación asertiva requiere de práctica. Ya que hay una línea muy delgada entre ella y la actitud agresiva. Para conseguir asertividad en tu comportamiento, hay que tomar en cuenta que:
- Con la asertividad se busca equilibrio. La honestidad es básica, pero sin dejar de tomar en cuenta las necesidades, deseos y derechos de los demás. Una persona asertiva transmite sus ideas de manera firme y justa, pero se mantiene abierta a escuchar las opiniones de otras personas.
- Un comportamiento agresivo busca ganar. Se hace todo lo posible por imponer el punto de vista, sin tomar en cuenta los sentimientos y opiniones de los demás. Esto no es comunicación asertiva.
- Un comportamiento pasivo cede. El otro extremo de la agresión es la pasividad, donde la persona prefiere complacer. Esto la puede llevar a tomar decisiones con las que no está de acuerdo, simplemente por agradar o puede llevar a no decir lo que siente, sino lo que cree que los demás desean escuchar.
Cómo decir “No” en el trabajo de forma asertiva
La base para un comportamiento asertivo es la autoconfianza. Esto te ayudará a reconocer que mereces un trato respetuoso y digno. Te dará el valor para defender tus derechos y pedir abiertamente lo que necesitas. Sin embargo, es importante recordar que en la asertividad, tus deseos no deben pasar por encima de los derechos de los demás. Estos son algunos puntos a considerar para decir “No” en el trabajo de forma asertiva.
Expresa tus deseos
Para lograr una comunicación asertiva no lances indirectas ni esperes que los demás “adivinen” lo que quieres. Identifica con claridad qué es lo que necesitas y habla abiertamente con tus superiores o colegas. No olvides mostrar seguridad y firmeza. Pero realiza estas solicitudes sin afectar los intereses de los demás. Si obtienes una negativa, sé perseverante y pregunta de manera respetuosa si más adelante podrás realizar nuevamente tu solicitud.
Para complementar tu información, lee también Cómo mejorar la comunicación en el trabajo.
Escucha activamente otros puntos de vista
Recuerda que la diferencia entre una conducta agresiva y una asertiva es que en la segunda se toman en cuenta las necesidades de los demás. Cuando discutas con alguien en tu trabajo, escucha lo que tenga que decir, haz preguntas abiertas para conocer más detalles sobre su punto de visita. A pesar de que no tengas pensado ceder, habrás generado empatía para llegar a un posible acuerdo, y tu interlocutor se sentirá valorado y escuchado.
Recuerda que no puedes controlar la reacción de otras personas
Si tienes la certeza de que has hecho todo lo posible por plantear la situación asertivamente, no te sientas culpable si los demás no reaccionan como esperabas. Por ejemplo, si se sienten molestos o resentidos. La única persona cuyas reacciones puedes controlar, eres tú, así que procura mantener la calma si las cosas se ponen tensas. Al mantener una postura respetuosa y comprensiva, pero firme, lo más probable es que la otra persona pronto se tranquilice y adquiera una actitud similar.
Empatiza
Trata de mirar la situación desde la perspectiva de la otra persona. De esta manera, podrás entender mejor los motivos que lo llevan a defender su postura. Esto te ayudará a demostrar que sabes válidas sus emociones y que colocas al mismo nivel sus intereses y los tuyos. Por otra parte, esto también te será de utilidad para encontrar argumentos más fuertes para sostener tu postura.
Analiza y corrige tus errores
Analiza si estás reprimiendo en ciertas situaciones en lugar de expresar lo que sientes y por lo que haces. Ensaya lo que harás y dirás la próxima vez que enfrentes una situación similar. Sal de tu zona de confort y busca este tipo de situaciones para llevarlo a la práctica.
Aprende a cómo decir “no” en el trabajo, sin ser poco colaborativo
Por último, pero no menos importante, debes aprender a negarte cuando no deseas o no puedes hacer algo. Decir “no” resulta tan difícil en ocasiones, que muchos prefieren ceder para luego decir alguna mentira piadosa. Probablemente se deba al temor al rechazo, a la necesidad de complacer o por no hacer sentir mal a alguien que se estima.
Como siempre en la comunicación asertiva, hay maneras de negarse y mantenerse firme, sin perder la amabilidad y demostrando gratitud. Por ejemplo:
Jefe: Hola, ¿podrías encargarte de preparar el informe para la reunión de mañana?
Tú: Claro, entiendo que es importante para la reunión y agradezco que se me haya tomado en cuenta, pero en este momento estoy trabajando en otro proyecto prioritario. ¿Sería posible que otro miembro del equipo se encargue del informe o podamos reprogramar la fecha de la reunión?
Comunicarse de manera asertiva consiste en encontrar el equilibrio entre ser firme y amable al expresar tus deseos. Es tener la suficiente autoconfianza para no ceder por temor a defraudar u ofender. Al mismo tiempo, es importante considerar que los derechos, sentimientos y deseos de los demás son igual de importantes que los tuyos.
Si hasta ahora, cómo decir “no” en el trabajo ha sido útil, lee también Comunicación asertiva.
Paso a paso. Cómo decir “no” en el trabajo, sin parecer poco colaborativo
Ofrecer alternativas y soluciones
Esta es la clave para rechazar una tarea o solicitud sin comprometer nuestra actitud colaborativa. Aquí te mostraré cómo.
Cuando enfrentas una solicitud que no puedes asumir, en lugar de simplemente decir “no”, intenta ofrecer una alternativa viable. Evalúa la situación y piensa en posibles soluciones que puedan satisfacer las necesidades de la tarea o solicitud. Proponer una opción alternativa demuestra tu compromiso de encontrar una solución eficaz y muestra tu disposición a colaborar.
Al ofrecer alternativas, es importante tener en cuenta las limitaciones y responsabilidades actuales. Considera tus prioridades y carga de trabajo. Al proponer una solución, cuida que sea realista y que se alinee con tus posibilidades y disponibilidad. Esto demuestra tu enfoque en encontrar un equilibrio entre tus responsabilidades y tu capacidad de contribuir de manera efectiva.
Además, al ofrecer soluciones, asegúrate de ser específico/a y claro/a en tu propuesta. Explica cómo tu alternativa puede abordar las necesidades o requisitos de la tarea o solicitud y destaca los beneficios que puede generar. Esto demuestra que has considerado la situación de manera cuidadosa y estás dispuesto/a a encontrar la mejor manera de avanzar.
Recuerda que, al ofrecer alternativas y soluciones, no estás rechazando la colaboración, sino gestionando tus prioridades y responsabilidades de manera efectiva. Esto demuestra tu compromiso con el éxito del equipo y tu disposición para encontrar una resolución favorable para todos.
Explicar los motivos de manera clara y concisa
Evita entrar en demasiados detalles o justificarte en exceso. En lugar de ello, enfócate en los puntos clave que respalden tu decisión. Sé directo y claro al transmitir tu mensaje, sin dejar espacio para malentendidos.
Cuando expliques tus motivos, es importante que mantengas un tono respetuoso y profesional. Evita que tu explicación suene a queja o crítica hacia la tarea o solicitud en sí. En cambio, enmarca tu explicación en términos de tus capacidades y responsabilidades actuales, mostrando tu compromiso con el éxito del equipo y tu deseo de contribuir de manera efectiva.
Recuerda que, al explicar tus motivos, estás ofreciendo una perspectiva clara y honesta. Esto permite a tus compañeros o superiores comprender tus limitaciones y necesidades, fomentando la comunicación abierta y evitando malentendidos.
Mantener una actitud colaborativa
Para aprender a cómo decir “no” en el trabajo, se necesita permanecer con una actitud colaborativa. Mantén en mente el objetivo general del equipo y busca oportunidades para contribuir de otras formas. Puedes ofrecerte a ayudar en tareas relacionadas, compartir recursos o brindar ideas alternativas que puedan beneficiar el proyecto en general.
Además, cuando tengas que decir “No”, comunica tu negativa de manera clara, pero siempre enfatizando tu disposición para colaborar en otras áreas. Destaca tu compromiso con el éxito del equipo y muestra tu apoyo hacia tus colegas y su trabajo.
Es fundamental mantener un tono respetuoso y amigable al comunicar tu negativa. Evita adoptar una postura defensiva o negativa. En su lugar, enfócate en la importancia de mantener un equilibrio en tu carga de trabajo y en la calidad de tu contribución al equipo.
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Cómo decir “no” en el trabajo, como método de autocuidado
El autocuidado comienza por reconocer tus propias necesidades. Aprende a escuchar tu cuerpo y tu mente. Sé consciente de tus límites. Evalúa tu carga de trabajo y tus prioridades personales. Esto te ayudará a determinar cuándo es el momento adecuado para decir “no” y evitar una sobrecarga de trabajo.
El autocuidado también incluye aprender a gestionar el estrés. El trabajo puede ser exigente, y es esencial encontrar formas de aliviar la presión. Encuentra actividades que te relajen, como hacer ejercicio, meditar o disfrutar de hobbies. Estas prácticas te ayudarán a mantener una actitud más equilibrada y afrontar las situaciones laborales de manera más efectiva.
Recuerda que decir “no” en el trabajo no implica ser egoísta, sino proteger tu bienestar y ser más efectivo en tu labor. Al cuidar de ti, estarás en una mejor posición para ofrecer una contribución más valiosa y sostenible en el entorno laboral.